Disfruta de la frescura de cultivar tus alimentos. Dedicar tu propio tiempo y esfuerzo te ayuda a apreciar más la comida y a desperdiciar menos. Empieza con verduras fáciles de cultivar, como lechugas, tomates, ejotes y calabacitas. O bien, rescata algunas frutas y verduras con una suscripción a negocios especializados en frutas y verduras “imperfectas”.